Lenguaje, Política y Género: Una Conversación sobre Indisciplina con Eva Hamamé

El Círculo de Lingüística Feminista —una comunidad intelectual y afectiva con el objetivo de trabajar la relación entre lenguaje, sexualidad y género— entrevistó a la Directora del Núcleo Lenguaje y Política de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, la Doctora en Filosofía Eva Hamamé. A continuación podrás leer un extracto de esta conversación, conducida por Natalia Villarroel Torres y

Entrevista

Eva, ¿podrías contarnos sobre tu formación académica y cómo esta ha influido en tu interés por explorar la relación entre el lenguaje y la política?

Partiré de un poco más atrás: Desde que recuerdo, desde que tengo conciencia, siempre he estado fascinada por el lenguaje. Cuando aprendí a leer sentí literalmente que el mundo se abría ante mí. Fue una epifanía y una alegría increíble. Hoy puedo decir que fue un sentimiento de expansión ilimitada, que me emocionó profunda y significativamente porque me sentí invitada a una aventura fantástica.

Para dar una imagen inolvidable, alguien, refiriéndose a mí, una vez dijo: “Ella ama tanto el lenguaje, que seguramente cuando era niña jugaba con las palabras en lugar de jugar con las muñecas”. 

Cuando egresé del Liceo público (1974)1, ingresé a estudiar Arquitectura en la Universidad de Chile. Gracias a esa experiencia y a ese primer fracaso me di cuenta de que la creatividad que me movía era la del pensamiento, no la de hacer con las manos. Quería leer. Quería estar todo el día leyendo y escribiendo. Me di cuenta que no quería construir espacios públicos o privados para ser habitados por las personas. Lo que quería era formar personas que habitaran esos espacios. Anhelaba discutir con mucha gente sobre lo que nos cuentan los libros, ciertos libros. Quise entrar a literatura y volví a dar la prueba de selección universitaria, pero esta vez rendí una prueba de bachillerato. Era un plan piloto que estaba probando la U de Chile. Una prueba maravillosa, sin alternativas. Tenías que redactar, escribir analizando textos breves o responder una pregunta a partir de ciertas citas de autores, que conectaban conceptos e ideas. Lo pasé genial dando esa prueba y quedé seleccionada en primer lugar entre 600 postulantes. Mi primera opción era literatura y la segunda, filosofía. Ese verano, después de rendir la prueba, leí de pé a pá las Lecciones Preliminares de Filosofía, de Manuel García Morente y la Historia de la Literatura de unos autores que no recuerdo. Elegí entonces estudiar filosofía.

Me formé en la universidad de Chile: realicé la licenciatura en filosofía, luego me especialicé en docencia universitaria (a los 7 años de edad supe que quería enseñar) y finalmente -a los 47 años- inicié el doctorado en filosofía con mención en ética.  

Además, tuve el privilegio de realizar la tesis de pregrado y la tesis doctoral con el profesor Humberto Giannini Íñiguez, filósofo chileno reconocido mundialmente, quien fue galardonado con el Premio Nacional de Humanidades en 1999. Durante la licenciatura, fui alumna del profesor Giannini en filosofía medieval y luego en un Seminario de grado sobre la tolerancia. Era ¡lejos! el mejor profesor de la carrera. Adoraba sus clases. El profesor promovía el diálogo y nos hacía volar entre las ideas. Y descubrí que teníamos algo en común: él también amaba el lenguaje e investigaba y escribía sobre ello.2

¿Quieres seguir leyendo esta entrevista? Dirígete al sitio web del Círculo de Lingüística Feminista.

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